¿Quién teme al estrés?

El estrés, el reconocer la incomodidad que sentimos por la falta de adaptación entre nosotros y las demandas que nos sentimos obligados a cumplir, es una parte normal de la vida y el trabajo. Todos estamos sometidos a un estrés que puede provenir de nuestra familia, de nuestra constitución psicológica o de nuestro trabajo y entorno laboral. No todo el estrés, por otro lado, es negativo. Además, lo que es estresante para un individuo puede no serlo para otro. La mayoría de nosotros frecuentemente respondemos al estrés de manera positiva. Y hemos enfrentado el estrés de manera inconsciente y consistente.

En tensión, el estrés por otro lado puede causar una pobre tensión en nuestras emociones, procesos de pensamiento, rendimiento laboral y condición física. Por lo tanto, es significativo que conozcamos los síntomas del estrés destructivo. Hagámonos las siguientes preguntas. ¿Nos irritan las pequeñas cosas? ¿Nos preocupamos mucho? ¿Sufrimos problemas de sueño? ¿Tenemos problemas digestivos? ¿Somos emocionalmente inestables? ¿Golpeamos a menudo a nuestros seres queridos? ¿Fumamos y/o consumimos drogas con regularidad? ¿Estamos frecuentemente nerviosos, tensos o tenemos alta presión sanguínea? ¿Hay una disminución en nuestro rendimiento laboral? Si respondemos "sí" a una sola de las preguntas anteriores, podríamos estar experimentando un estrés perjudicial.

La mayoría de los enfoques que podrían ayudarnos a manejar el estrés son:

El estrés es predecible, sin embargo, puede ser manejado si es excesivo incluso en el lugar de trabajo, principalmente con una terapia de ansiedad y estrés. Entonces, ¿quién le teme al estrés?